Por Fernanda Leiva Salas
El peinado habla
Las trenzas africanas son mucho más que un peinado: son un archivo de memoria, un código genealógico y un altavoz estético que ha sobrevivido intacto a siglos de violencias, migraciones y diásporas. Hoy, mientras las pasarelas de París y los feeds de TikTok las exhiben como un statement de estilo, conviene recordar que cada mechón entrelazado porta historias de linaje, de resistencia y de orgullo. Desde los box braids XXL que Beyoncé llevó en Lemonade hasta las cornrows minimalistas que pavimentan los looks baggy de la generación streetwear, las trenzas se han convertido en un accesorio intercambiable con sneakers, bolsos o cadenas. Pero su poder simbólico nació mucho antes de que los hashtags de la moda descubrieran su fotogenia actual.
En África occidental, particularmente entre los pueblos yoruba, fulani, himba y wolof, las trenzas constituían un verdadero sistema de información social. El patrón dibujado en el cuero cabelludo revelaba estado civil, edad, tribu, rango militar o fertilidad. Trenzar era un ritual colectivo: madres, abuelas y tías cumplían el doble rol de estilistas y cuentacuentos; mientras las manos danzaban, se transmitían mitos de creación y sabiduría ancestral.
Las primeras evidencias arqueológicas datan de hace tres milenios: en los relieves de Djenné-Djeno aparecen mujeres con peinados muy similares a los actuales cornrows. El cabello se entendía como prolongación del espíritu, y solo manos de confianza podían tocarlo. Cortarlo sin consentimiento equivalía a quebrar la integridad de la persona. Ese respeto sacro explica por qué, pese a la colonización europea y la brutalidad esclavista que intentó erradicar costumbres “paganizadas”, las trenzas resistieron como forma portátil de identidad.
De los barrios a los escenarios

La televisión por cable impulsó la siguiente fase: el video Sittin’ Up in My Room (1995) fijó en la retina mundial las célebres micro-trenzas de Brandy. Lauryn Hill, Missy Elliott y Da Brat diversificaron longitudes y grosores, demostrando que el peinado podía dialogar con los oversize suits del new jack swing o los tracksuits noventeros. Entrados los 2000, Alicia Keys trocó piano por estética tribal; sus Fulani braids adornadas con conchas cowrie anticiparon la obsesión actual por mezclar trenzas y accesorios metálicos.
Streetwear y moda baggy: sinergia estética

En Latinoamérica, la ola trap (Bad Bunny, Young Miko, Duki) importó los códigos US, pero los remezcló con ritmos caribeños. El resultado: cornrows frescas, teñidas en colores neón, que combinan con jerseys de fútbol vintage y pantalones baggy de denim lavado. Las barberías urbanas de Ciudad de México, Medellín y Santiago reportan un alza del 40 % en servicios de trenzado masculino desde 2021, impulsado por la viralidad de reels donde se revela la “transformación 360°”: cabello, outfit y zapatillas.
Hoy, para la Generación Z y la ola alfa que ya marca tendencias, las trenzas son el broche que amarra toda la propuesta visual: elevan un hoodie neutro, dialogan con zapatillas chunky o contrastan un blazer oversize sin perder comodidad. Son, al mismo tiempo, peinado y accesorio; un recurso que permite a cada quien pulir una estética genuina sin comprar una prenda nueva

No es casual que, según plataformas de citas y moda como Pinterest, las búsquedas de “box braids” y “cornrows” hayan crecido más de 60 % en el último año: los jóvenes las eligen porque combinan con cualquier clóset y, sobre todo, porque cuentan su propia historia. En un mundo donde la autenticidad se valora tanto como el estilo, las trenzas africanas demuestran que la mejor prenda puede ser, sencillamente, el cabello que llevas puesto.
Si te interesa y quieres saber más acerca de los nombres o tipos de trenzas para que tú también puedas hacerte unas y cambiar de look, te dejamos unas descripciones claras y acordes a tu gusto.
Técnicas clave y vocabulario visual
- Box braids: trenza individual cuadrada, seccionada en grid perfecto. Duración: 6-8 semanas.
- Cornrows: trenza pegada al cuero cabelludo, en hileras paralelas o diseños artísticos.
- Fulani braids: mezcla cornrow/frontal + box sueltas, adornadas con cuentas o cowries.
- Knotless braids: variante sin nudo inicial; menos tensión, caída natural.
- Lemonade braids: cornrows laterales inclinadas, popularizadas por Beyoncé.
- Goddess braids: box braids con mechones sueltos rizados para efecto boho.
- Crochet braids: extensión pre-trenzada que se “crochetea” sobre trenza base, instalación rápida.
Visualmente, cada técnica dialoga con prendas distintas: las knotless suaves acompañan blazers oversize; las cornrows geométricas resaltan con hoodies monocromo y gorros beanie.
¿Y tú, ocuparías algunas de estas?