(Imagen hecha por IA)
Por: Josefa Valenzuela Zapata
En la era del fast fashion, los microtrends y el consumo masivo, oficios tradicionales como el
bordado y la costura parecen estar quedando en el olvido. Sin embargo, algunas técnicas
ancestrales están viviendo un verdadero resurgimiento gracias a las redes sociales, donde
miles de personas comparten tutoriales, ideas y proyectos para reparar y transformar la
ropa. Más que simples métodos decorativos, estas prácticas pueden ser herramientas
poderosas para darle una segunda vida a tus prendas, fomentando un consumo más
consciente y sustentable.
Entre estas técnicas destacan dos que vienen de Japón y que se están convirtiendo en
tendencia global: el Sashiko y el Boro. Ambas invitan a ver el desgaste no como un
problema, sino como una oportunidad para crear, cuidar y reinventar.
Estas técnicas tradicionales han saltado del Japón rural para conquistar las redes sociales,
los talleres de artesanía y el mundo de la moda sostenible. En Instagram y TikTok abundan
los tutoriales y las cuentas que enseñan cómo empezar a practicar Sashiko o a crear piezas
Boro. También muchas marcas independientes incorporan estas técnicas para dar valor
agregado a sus colecciones, demostrando que la sustentabilidad puede ser también un acto
de belleza y estilo.

Imagen rescatada: Pinterest
¿Qué es el Sashiko?
El Sashiko (刺し子), cuyo nombre significa “pequeños pinchazos”, es una técnica tradicional
japonesa de bordado que data de siglos atrás. Originalmente, se utilizaba para reforzar y
reparar ropa de trabajo, principalmente en la región de Tohoku, al norte de Japón. Su
función era práctica: al coser pequeños puntos repetitivos en patrones geométricos sobre
las telas, se aumentaba la resistencia de la prenda.
Para practicar Sashiko se usan comúnmente hilos blancos sobre tela índigo, pero esta
técnica puede adaptarse a cualquier combinación. Solo necesitas una aguja, hilo grueso y
paciencia para coser los pequeños puntos que forman los patrones.
¿Y qué es el Boro?
La palabra Boro significa “harapo” o “trapo viejo” en japonés, y describe una forma particular
de reparación textil basada en la reutilización y el remiendo constante. Más que una técnica
específica, el Boro es un estilo y filosofía que nació entre las familias campesinas pobres del
Japón rural, que debían extender la vida útil de su ropa con retazos y parches
superpuestos.
En el Boro, se cosen fragmentos de tela con puntadas de Sashiko para crear capas y
texturas que no solo reparan, sino que transforman la prenda en una especie de collage
textil único. Este enfoque libre, creativo y artesanal convierte la ropa dañada en piezas con
carácter y una belleza imperfecta.

Imagen rescatada: Pinterest
¿Cómo empezar a practicar Sashiko y Boro?
Si quieres probar estas técnicas en casa, no necesitas grandes inversiones ni ser experta
en bordado. Aquí algunos consejos para comenzar:
● Busca una prenda vieja con una mancha, agujero o desgaste que quieras reparar.
● Usa hilo resistente (puede ser hilo para bordar o hilo de algodón grueso) y una aguja
adecuada.
● Inspírate en patrones tradicionales de Sashiko o crea tus propios diseños
geométricos.
● En el caso del Boro, utiliza retazos de tela sobrantes para parchear la prenda,
uniendo los fragmentos con puntadas visibles.
● La clave está en coser con paciencia y dejar que las reparaciones se vuelvan un
detalle estético, no un defecto a ocultar.
En tiempos donde la ropa parece ser cada vez más efímera, el Sashiko y el Boro nos invitan
a reflexionar sobre el valor de lo que vestimos. Más que arreglos, son actos de cuidado,
creatividad y respeto que permiten que cada prenda cuente su propia historia.